Paul Thomas Anderson, genio moderno
Un aplauso al trabajo -aún en marcha- de uno de los directores más valorados de nuestros tiempos, con cuatro recomendaciones para darse una panzada.
Dinamismo, protagonistas rotos, humor e ironía, atmósferas envolventes, fotografía inolvidable, bandas sonoras exquisitas y más: la obra de Paul Thomas Anderson reúne una serie de condiciones que le valieron el reconocimiento como uno de los grandes realizadores del cine contemporáneo, y existe buena parte de la crítica que lo considera, incluso, el mejor de su generación. Hace pocos días alcanzó los 54 pirulos, y aunque no es un número redondo como suele preferirse, es bienvenida la excusa para hacerle un lugar en este newsletter.
Su apellido podrá aparecer relegado detrás del bombo mediático que acompaña a Tarantino o a Fincher, colegas en ese semillero de quienes se criaron mirando películas en videocasette para ingresar al oficio durante los 90, pero su talento a la hora de recuperar y transformar esas técnicas y estilos justifican que sea indiscutido merecedor de los laureles que le caen cada vez que invita con algún estreno. Si unas entregas atrás resumía el legado de Francis Ford Coppola, estos son los herederos de ese Nuevo Hollywood, con Anderson como uno de los que mejor supo hacer suya esa inspiración.
En ese marco, su filmografía quizás resulta escasa en cantidad (con nueve largometrajes en un período de 28 años), pero es infalible en calidad. PTA –las siglas por las que se lo conoce– está detrás de la dirección, el guion y la producción de cada uno de sus proyectos; se nota que es oriundo de un barrio de Los Ángeles construido sobre un viejo estudio del circuito hollywoodense, que nació en una familia del ambiente y que duró sólo dos días en la universidad antes de desencantarse con la teoría para ponerse en modo autodidacta y hacer sus primeros cortometrajes con los recursos que tenía a mano. Pronto, como unos cuantos de la camada, se hizo un lugarcito en festivales independientes y desde entonces no dejó de madurar y pulir su marca.
Con la influencia de Robert Altman, Stanley Kubrick y Martin Scorsese, Anderson domina como pocos el balance de sus elementos característicos: repartos corales liderados por personajes varones con mucho por resolver, diálogos simples y naturales, tomas y montajes que nunca aburren, y temas como la desesperación, la ambición, la soledad, el destino, el impacto de las relaciones y los fantasmas del pasado. Para coronar, triunfa con una elección de intérpretes que tienen espacio para lucirse, muchos devenidos en colaboradores recurrentes, como Philip Seymour Hoffman, Daniel Day-Lewis, John C. Reilly, Julianne Moore y William H. Macy. Y aún así, ninguna de sus películas se parece a las demás.
Las cosas que salen de la cabeza de PTA son -más allá de las posibles quejas sobre la vaguedad del término- siempre interesantes. Su propuesta es entrar de lleno en mundos bien construidos, en mentalidades y conflictos atrapantes. No falla.
Hasta ahora fue nominado once veces al Oscar (y le queda tiempo para ganarse alguno), y es el único realizador en haber recibido los premios a Dirección en Cannes, Berlín y Venecia, los tres festivales internacionales de mayor relevancia. En paralelo exploró con el formato videoclip para (su ex) Fiona Apple y para sus amigos Jonny Greenwood y Thom Yorke con Radiohead y The Smile. Ahora está preparando su enigmático y décimo filme, todavía sin título y que, ya se sabe, tendrá actuaciones de Leonardo DiCaprio, Reginal Hall, Sean Penn y Benicio del Toro.
Notarán que no nombré ninguna de sus películas a lo largo del texto: prefiero darme el gusto invisible de dejarles la lista en este link e imaginar los “ah, mirá vos” y “¿esta también?” que muchas veces provoca repasarla, sea por su variedad o por la sutileza del paso de PTA por el rubro. De todos modos, es difícil resistirse a las sugerencias así que, para introducirse en su trabajo, acá van cuatro joyitas para ver por primera vez o revisitarlas.
🎥 Boogie Nights (1997)
Un retrato de la industria del cine porno en las décadas de los 70 y 80 a través de la maratónica carrera de Dirk Diggler, encarnado por Mark Wahlberg en el rol que lo catapultó definitivamente a la fama (y, para mí, el mejor de su carrera) tras su etapa hiphopera. Comparte elenco con Julianne Moore, Burt Reynolds, Don Cheadle, John C. Reilly, Philip Seymour Hoffman, Heather Graham y hasta Alfred Molina. La música, genial. Y qué película, por favor. Vayan a verla (ya) en Max.
🔥 Petróleo sangriento (2007)
Recordar que es la que le dio el segundo Oscar de su carrera a Daniel Day-Lewis podría ser suficiente para que valga por sí misma, pero esta producción es, obvio, mucho más que eso: inmensa en sus escenarios, sus encuadres y situaciones, cuenta una historia de obsesión y codicia durante el boom del petróleo en California a fines del siglo XX. Con el buenazo de Paul Dano y Ciarán Hinds, hay que buscarla en los rincones de Internet.
🙌 The Master (2012)
Soberbias interpretaciones de Joaquin Phoenix y Philip Seymour Hoffman, que se potencian entre sí en esta trama en la que son, respectivamente, un veterano de la Segunda Guerra Mundial con graves trastornos y el líder de un culto de evidentes similitudes con la Iglesia de la Cienciología. Violenta sin ser sangrienta, oscura, y la que a PTA más le gusta de su propia filmografía. También actúan Amy Adams, Laura Dern, Rami Malek y Jesse Plemons. Está en Max.
🧵 El hilo fantasma (2017)
¿Otra vez Daniel Day-Lewis? Sí, y nadie se arrepiente. Esta vez se pone en la piel de un muy prestigioso y atribulado diseñador inglés de alta costura que conoce a una nueva y joven musa. Juntos desarrollan una relación tóxica con altibajos inesperados, tensiones permanentes y unos vestuarios bellísimos que tienen muy merecidos la estatuilla que la Academia le otorgó. Con Vicky Krieps y Lesley Manville, la encuentran en Amazon Prime Video.
📌 En agenda
Ya pueden ver en Flow los ocho episodios de Cris Miró (Ella), serie sobre la trayectoria profesional y las vivencias íntimas de aquella icónica artista trans que marcó un antes y un después en el teatro y la TV argentinas con su breve pero potente auge en los 90.
El próximo jueves 4 estrena en cines Un lugar en silencio: Día uno, precuela de la saga postapocalíptica creada por John Krasinski, en la que el mundo está invadido por una raza de extraterrestres mortíferos con audición ultrasónica. Con Lupita Nyong’o, Joseph Quinn, Alex Wolff y Djimon Hounsou. Prometedora.
Si quisieron entrar en los últimos días a Star+ y no tuvieron suerte, la aplicación les muestra un cartel gigante para avisarles qué pasa pero, por las dudas, vale la aclaración: desde el miércoles pasado todo su catálogo se trasladó a Disney+, unificando las plataformas y dando por finalizado el experimento que hasta ahora funcionaba únicamente en Latinoamérica. Disney, Pixar, Marvel, Star Wars, National Geographic, ESPN, FX, Searchlight y 20th Century Fox, todos juntitos y haciéndose amigos.
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